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10 de mayo de 2006

Quién le debe a quién

Hoy pensaba escribir uno o incluso dos artículos para el blog. Tengo la lista de "ideas pendientes de desarrollar" que va creciendo rápidamente, pero siempre me falta tiempo para dedicar a desarrollarlas porque es impensable "robar" este tiempo de las horas laborables y es inaceptable robárselas a la familia, así que aprovecho cuando tengo tiempo mio, solo mio como mi tessssoro.

Cuando me senté en el PC a escribir, se conectó al messenger mi hermano y entre otras cosas me pasó un documento que, al leerlo, eclipsó el interés por los artículos por desarrollar y pensé que, a pesar de ser este un blog dedicado al Gobierno de las TIC, algo profundamente ligado al mundo laboral en el que me desenvuelvo y que tiene un nivel de especialización bastante alto, debía publicar y ayudar a promover.

No se si lo que se cuenta en este texto es verdad (me cuesta un poco de creerlo a pies juntillas) pero el hilo argumental, el fondo, la idea que trasciende de todo esto es cierta como la vida misma. Quiero expresar desde aquí mi apoyo a este texto y mi repulsa al modelo macro-económico en el que me ha tocado vivir.

#----------------------< AQUÍ COMIENZA EL TEXTO >------------------------

Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, 1992

Con lenguaje sencillo, que era trasmitido en traducción simultanea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europa, el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:

"Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autorice a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.


También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrajosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!

¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario seria presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no solo a exigir devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fue más que el inicio de un plan "Marshalltezuma", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntamos: ¿han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indo-americano Internacional? Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal. En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses, que tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que en ocasiones los hermanos europeos les cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la formula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 484.147 Billones de kilos de oro y 42 Trillones de kilos de plata. Es decir, masas que hoy equivalen a 212.345 millones de veces la producción mundial de oro por año, y 3.164 Billones de veces la de plata. El total también corresponde al 70% de toda la corteza terrestre, o al 0,7% de todo el planeta. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, seria tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indo-americanos. Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica... "

Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc dio su conferencia ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA. Ahora solo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

se acaba de demostrar que el último gran movimiento migratorio humano (mediante bastos análisis de ADN en grandes sectores de la población) fue hace 20.000 años, no 40.000.

Parece que no tenga importancia, pero la tiene y mucha.

Antonio Valle dijo...

Ah!
Fantastico... ¿y?
No se, creo que me he perdido algo...