Mis padres viven en La Calera, un pueblito a medio camino entre Santiago y Viña del Mar. Siempre que vengo a visitarlos salgo del trepidante ritmo de la gran ciudad para darme un chapuzón de ternura, tranquilidad y vida lenta. Y digo chapuzón porque es así; entrada rápida y chocante, permanencia corta y salida rápida.
Este año le he explicado a mi madre de ochentaitantos años en qué consiste la Gestión de Servicios Lean (o Lean Service Management ™ ) y le he hecho un resumen de la conferencia que daré el próximo 4 de Agosto en Santiago. Mientras le iba explicando, ella asentía y me interrumpía con preguntas y con explicaciones de cuando era niño o de cuando ella era niña y así me di cuenta de por qué razón me encajan tan bien las formas del Pensamiento Lean. Me encajan porque fui educado de esa manera.
Mi madre no había leído a Womack, ni su madre a Taiichi Ohno, pero da igual… resulta que parte del TPS se inventó en Chile antes de que los japoneses se plantearan inundar el mercado de coches… se inventó cuando mi abuelo se compró un Ford T (curiosa coincidencia, eh?).
Parte de mi educación contenía algunos de los atributos más importantes de Lean:
Romper con el Statu Quo: una de las citas que han aparecido recurrentemente en este blog y que estaban por aquí antes de que yo conociera a Ian Clayton (mi mentor en estos temas) decía
Que algo se haya hecho “toda la vida” de una determinada manera no quiere decir que esta sea la mejor manera.
Ahí tenemos una señal de romper el Statu Quo, de tener un pensamiento abierto, libre de rigideces y de normas que nos permita saltarnos a la torera las cosas como se hacen ahora y tener la libertad de pensar y de plantear nuevas maneras de hacer.
Utilizar el Método Científico: esta se la debo a mi padre, el Doctor Valle, quien siempre, toda su vida, me incitó una y otra vez a tener un pensamiento objetivo, científico y plantear hipótesis y experimentos que nos lleven a demostrar esas hipótesis. ¿Cómo si no podríamos aplicar los planteamientos de soluciones a la Gestión de Problemas?
No poner a los niños en la posición de desobedecer: esta viene de mi abuela Julia… ella daba las ordenes adecuadas, acorde a la edad y capacidad del niño, de manera que el niño pudiera obedecer y conseguía de esta manera la costumbre de obedecer. Mientras le leía el libro de El Principito a mi anciano padre llegué al momento en que el Principito visita el primer asteroide en el que vive un rey juicioso, que le dice
Si yo le pidiera a un general que se convirtiese en ave marina, y el general me desobedeciese porque simplemente no puede cumplir la orden, ¿de quién sería la culpa, del general o mía?
Hacer participar al equipo: Esta salió justamente de la explicación de Lean a mi madre… en un momento en que ella me comentó
-- Pero esto es diferente a las otras cosas que usted hace, como eso de ITIL”
--Pues si –le contesté- es diferente. Es muy diferente llegar con unas normas o con unas instrucciones o formas de trabajo [a la alemana] y decirle a la gente “aquí tienen cómo hay que trabajar a partir de ahora” frente a coger al equipo y decirles “tenemos un problema, tú, que eres el que sabe, que eres el que trabajas cada día con esto, me puedes ayudar a resolverlo? entre todos podemos pensar cómo arreglarlo"?”
En este segundo caso la solución nace del equipo, por el equipo, para el equipo… la seguirán mucho más cómodamente que en el primer caso.
Y con estas reflexiones comprendo que realmente el Pensamiento Lean es algo cultural, es algo que no encajará en todas las organizaciones ni en todas las formas de pensar… ¿Te encaja a ti con la educación que recibiste?
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