Corrían los tiempos de la guerra fría y la Rusia de Kruschev estaba profundamente orgullosa de la central térmica que se había instalado en las afueras de Kiev. Era la central más moderna, más potente ymás efectiva de mundo y serviría para proveer de electricidad a las grandes fábricas que darían a la Gran Madre Rusia una clara ventaja en la carrera armamentística y espacial.
Ceñudos ingenieros trabajaban día y noche para optimizar el rendimiento de la central y cientos de camaradas trabajadores arrimaban el hombro para conseguir que la Gran Madre Rusia pudiera situarse en cabeza en esta carrera y poder demostrar a esos estúpidos capitalistas amerricanos que el poder del trabajo siempre puede superar el poder del dolar; pero de repente un día 26 de Septiembre se oyó un ruido gorgoteante, como si a la gran estación le hubiese dado una extraña faringitis metálica y estuviera presa de unos espasmos pulmonares: tosió tres veces, la tierra tembló debajo de las turbinas, se oyó un largo lamento que salía de las tuberías llenas de vapor y la central quedó inmersa en un silencio sepulcral.
Los camaradas se miraban unos a otros, sin saber que decir y los ingenieros miraban una y otra vez sus indicadores, relojes, goniómetros y otros aparatos de nombre indescifrable, cuando del fondo de un despacho salió el compañero Director de Fábrica y rugió por encima de todos:
-- ¿Que diablos ha pasado?
A lo que un ingeniero gafotas de pelo blanco y bata sucia contestó
-- No lo sabemos, camarada Director. Algo se ha roto en las turbinas de presión.
--¡Y qué estamos haciendo para que se arregle, camarrada Ingenierro?!
-- Hemos enviado al compañero fontanero, para que revise las tuberías.
Un fontanero estudioso de las tuberías de vapor salió corriendo tres plantas más abajo para intentar reparar la avería, pero pasaron dos horas y no encontraba la causa del problema, así que el camarrada Director rugió de nuevo llamando al Fontanero Jefe de Turno; este buscó y buscó, pero no fue capaz de dar con la avería.
En el despacho del Director el teléfono no paraba de sonar: desde todas las fábricas de cabezas SS-20, tanques y piezas para el Sputnik querían saber para cuánto tenían con la avería, pero nadie sabía dar una respuesta, y el nerviosismo del Dirrector llegó al límite cuando sonó el teléfono que le comunicaba directamente con la Sede del Partido en Kiev.
La noticia de la avería había llegado a oidos de Kruschev, quien no podía creer que no se pudiera arreglar esta avería, así que avisó que en tres días iría de visita personalmente a ver la central térmica y que quería que para esa fecha el incidente se hubiese arreglado.
Llamaron al Ingeniero Jefe, al Fontanero Mayor, a tres profesores de las más prestigiosas Universidades, a un Premio Nobel de Física y a los más importantes ingenieros, termodinámicos, aceristas y constructores de la Gran Madre Rusia, pero la central se obstinaba en permanecer en silencio sin revelar la causa de su muerte.
Tres días más tarde, un séquito de automóviles negros llegó a la puerta de la central, y el camarrada Directorrr, temblando, esperó a que Kruschev bajara de su vehículo. Lo saludó marcialmente y le dió la noticia:
-- Camarrada Kruschev, la central no responde.
-- ¡¡ perrrro cómo puede ser!!! Es la central más moderna del mundo!
Cabizbajo, con la voz temblando y muerto de miedo, el Director le dijo
-- Hay un ingeniero que quizás nos pueda resolver el tema, pero tiene un pequeño problema, camarada: vive en Texas.
-- ¡¡!! ¿UN INGENIERO DE TEXAS?? ¿Me estás diciendo que un asqueroso capitalista puede resolver el problema?
-- Bueno, dijo el Director, siempre nos queda saber que como no es posible que sea superior a toda nuestra ciencia e ingeniería junta, nos podremos reir un rato cuando no pueda resolverlo... le demostraremos que nuestra técnica es tan compleja que no podrá ni entenderla.
Cuarenta y ocho horas más tarde aterrizaba en el aeródromo de Kiev una avioneta que traía a un curioso personaje: alto, rubio, con blue-jeans, botas vaqueras y sombrero de ala ancha calado se bajó del avión John Smith, el fontanero mejor valorado de Texas.
Pidió que lo llevaran de inmediato a la central y cuando estuvo delante de las turbinas se las miró lentamente, en silencio, con calma. Siguió con la mirada las tuberías, escogió una de ellas y fue pasando la mano lentamente sobre ella mientras caminaba haciendo ruido en el suelo de acero con sus botas, hasta que de repente se paró, echó mano al bolsillo y sacó un pequeño martillo de asa dorada y cabeza de marfil.
Los ingenieros rusos lo miraban con cara de asombro, enfundados en sus batas blancas y con esas gafas de pasta negra que tan habituales eran en esa época. Pensaban que aquel ser venido del otro lado del mundo era un cantamañanas que estaba engañandolos, pues nada bueno podía venir del otro lado del Atlántico, pero no se atrevían ni a toser.
El silencio sepulcral lo llenaba todo. No se oía ni el más mínimo zumbido, cuando John Smith dió un pequeño golpe de martillo sobre un gran tornillo de acero que sujetaba una junta.
Un sonido metálico y agudo se elevó por encima de todos, se oyeron unos gorgoteos, tres toses, un gran lamento y un ronroneo suave se comenzó a oir en la Central: el grave problema de la Union Soviética se había resuelto con un suave golpe de martillo de marfil
Todos estallaron en aplausos, ¡hurras! y ¡vivas! se oían por todos lados y el compañero Director abrazó efusivamente al americano y le felicitó.
-- Dígame, Señor John Smith, cuánto tendremos que pagar por tan impresionante labor!
-- No se preocupe, Camarada... la cuenta la tengo ya preparada y es muy simple -- dijo mientras le tendía un papel doblado que llevaba en el bolsillo.
Mientras lo leía, la cara del Camarada Director iba cambiando de color, al rojo, al granate y después al blanco cadavérico.
-- ¿1.000.005 US$ por 5 minutos de trabajo? Pero usted se ha vuelto loco, camarada americano!
-- Bueno, se la voy a desglosar para que entienda usted correctamente los componentes de la factura
Y le entregó la factura desglosada, que ponía así:
DESCRIPCION | PRECIO |
Golpe de martillo, 5 minutos | 5 US$ |
Saber qué tornillo golpear | 1.000.000 US$ |
TOTAL | 1.000.005 US$ |
Poner precio a los servicios profesionales no es tan fácil como calcular una tarifa horaria.
Este post va dedicado al amigo Tic616, autor del blog Tic & Tac y en respuesta a su artículo "¿Cuánto le cobramos?".
He pasado por esa situación y sólo tienes dos opciones: le pegas un sableo impresionante como el del camarada americano (al fin y al cabo, el trabajo lo vale, ¿no?) o te ganas un amigo para toda la vida regalandole el servicio y diciendo que "mira... hoy por ti y mañana por mi", pero no te quedes en la ridiculez de cobrar 500€ porque es lo que marca "la tarifa habitual".
3 comentarios:
JaJa, ¡qué bueno!... no conocía esta versión - es la mejor sin duda de todas.
Muy buena la reflexión: no te quedes en la ridiculez de cobrar 500€ porque es lo que marca "la tarifa habitual".
Al final, lo cuento aquí, no le cobramos nada (hay más proyectos en perspectiva y lo consideramos una acción comercial)
Un saludo amigo. Gracias por la mención
Impresionante anécdota, buenísima, no la conocía. Gracias por ponerla en detalle, la usaré en no pocos sitios.
Una reflexión al hilo de la tuya
http://www.jbulchand.com/2007/10/cunto-le-cobro.html
Jacques
Estupenda reflexión Antonio.
Y estupendos los enlaces que nos indicas a otras páginas sobre el tema.
Quería aprovechar para presentarme. Mi nick es salivor, y nos une la misma pasión por compartir conocimiento y reflexionar en el campo de las TIC. Por ello, fruto de las lecturas que llevaba haciendo de los bloggeros que habláis sobre TIC, decidí editar mi propio Blog(sgit.blogspot.com). Hago mis pinitos cuando puedo, pero desde luego no es de 1ª división como el tuyo. Con motivo de este post, he publicado un post resumen de los links y una entrevista a un conocido consultor. Estas invitado a pasar cuando quieras. Eres bien venido. Te ruego que leas el primer post, en el resumo cuales son las intenciones de la publicación.
Si deseas contactarme lo puedes hacer en: rjolivas@gmail.com
Un fuerte abrazo y sigue iluminándonos.
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