Hace unos días se comenzó una discusión en el foro de LeanSpain titulada “Muda en la Sanidad, 1-2-3 responda otra vez” en la que diversos participantes han hecho un breve resumen de la percepción que tienen sobre las ineficiencias en los hospitales. Uno de los participantes nos refería a una entrada que había escrito en su blog hace ya algún tiempo llamada “Muda en los hospitales”.
La lectura de este hilo junto con el post de José Iglesias me hizo pensar un poco en las diferentes perspectivas con las que vemos un servicio y, sobre todo, en cómo este caso me servía para ejemplificar algo de lo que siempre acabo hablando cuando me toca exponer Lean Service Management™: el consumo Lean.
Normalmente, cuando haces un taller de análisis Lean (un Value Stream Mapping, un estudio de derroches o cualquier otra actividad que sirva para ayudar a una organización a dar sus primeros pasos en la aplicación del Lean Thinking) convocas a un pequeño grupo de personas que vivan la ejecución de las actividades en su día a día (en terminología Lean, aquellos que viven el Gemba) y en la medida de lo posible convocas a los consumidores de eso que estás analizando. En el momento en que el equipo se comienza a plantear los derroches o las situaciones de ineficiencia, pronto comienzan a salir ideas que mejoran “el cómo se hace”.
Pero si nos fijamos bien en la lista de Mudas que se plantean en el hilo o en el post de José, las mudas que estamos explicando son… ¡¡ de consumo !!. Ninguno (creo) de los que estamos en el foro somos médicos, ni trabajamos en un hospital.. las ineficiencias las hemos explicado desde nuestro punto de vista: el de consumidor del servicio… pero si le hubiésemos preguntado a una doctora o a un enfermero, posiblemente nos hubiera dado una lista de mudas totalmente diferente: las mudas de producción, no las de consumo.
Eso es lo importante cuando hablamos de aplicar Lean al mundo de los servicios: en los servicios se produce un acople entre la producción y el consumo; hay un acto de co-producción y por lo tanto una representación clásica de VSM no sirve, puesto que la experiencia del cliente es tanto o más importante que la producción del servicio en sí mismo.
En el mundo de servicios tenemos dos flujos de valor que confluyen y que hay que tratar de forma sincronizada: el flujo de la producción y el flujo del consumo. Si estos flujos no están acoplados, tenemos una situación negativa cuya resolución es fundamental.
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