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28 de octubre de 2006

Obesidad Cognitiva

Hoy volvía del trabajo en el coche e iba oyendo la radio. Normalmente oigo emisoras de música, pero hoy no se por qué razón me dió por jugar con el dial y llegué a una emisora en la que un señor hablaba de serpientes. Como era de esperar semejante temática captó mi atención de golpe, así que me quedé en esa emisora que luego resultó ser Radio 5.

El locutor estaba haciendo algo así como una crítica literaria y estaba hablando sobre un autor que había escrito un capítulo titulado Con respecto a las serpientes y resulta que en el capítulo este se acababa concluyendo que en la isla no había serpientes.

Luego vino la reflexión del locutor (que ha sido realmente lo que me ha llevado a escribir esta historia): ¿Porqué el autor no escribió otro artículo al respecto de los hipopótamos concluyendo que no existían hipopótamos en la isla? ¿o un "Acerca de los dinosaurios"? o incluso un "acerca de los rinocerontes"...

Simplemente porque había gente que pensaba que en la isla sí que había serpientes y lo importante era constatar el hecho de que no las había. Es decir, constatar lo que no existe es tanto o más importante que declarar lo que sí que existe.

En ese mismo instante a mí se me iluminaron dos bombillas en la cabeza:

  1. La gestión de cambios. El análisis de impacto. Hemos de pensar en el impacto que tendrá el cambio sobre servicios y usuarios si lo implementamos, y hemos de pensar en el impacto de la NO ejecución del cambio, para poder tomar correctamente la decisión de si ejecutarlo o no.
  2. Pero la gestón de cambios está poco relacionada con nuestro autor. La segunda bombilla fueron las auditorías: constatar lo que no existe (es decir, aquello que necesitamos que exista, pero no tendremos evidencia) es tanto o más importante que declarar lo que sí existe (aunque esto que sí existe esté mal).

Me dió que pensar el locutor de Radio 5. Me impactó con sus ideas y en el siguiente semáforo apunte en un papelote los conceptos que se me habían quedado en la cabeza (lamentablemente ni el nombre del locutor ni el del programa para poderlos citar aquí) y ese papel tiene las siguientes frases:

  • Radio 5
  • Horrebow
  • Ideas Basura
  • Comida Rápida
  • Obesidad cognitiva
  • Teoría Unificada
  • "Acerca de las Serpientes"

Seguramente a estas alturas del artículo te ha crecido la curiosidad y necesitas saber más cosas, como por ejemplo ¿de qué isla y de qué libro estaban hablando? o ¿Por qué el título de Obesidad Cognitiva?

La obra y el autor serían fáciles de encontrar para cualquiera, ya que tuve la suerte de apuntar bien el nombre del autor, que después según el Sr. Google resultó ser Niels Horrebow. Este señor fue un naturalista danés que en el siglo XVIII escribió una Historia Natural de Islandia en la que incluyó tan famoso capítulo e incluso hoy podemos encontrar múltiples referencias al hecho de que en Islandia no hay serpientes, pero supongo que ninguna al de que no hay leones ni marcianos.

¿Y el título?

En realidad el locutor comenzó a divagar un poco explicando que hoy en día el ser humano dispone de un volumen de información brutal. Los medios de comunicación, Internet, libros, revistas, etc. bombardean nuestras cabezas una y otra vez con toneladas de ideas que se podrían interpretar como ideas basura servidas por medios de comunicación que preparan la información como si de comida rápida se tratara.

Los consumidores de esta información basura, si son demasiado asiduos a este tipo de "alimento para el alma" y no son críticos ni selectivos acaban teniendo una sobre-información que no les conduce a nada bueno y a este concepto le llamó obesidad cognitiva. A mí me gustó el término, y por eso me quedé con él para titular este artículo.

No se, le veo tanta relación con el artículo sobre la sobrecarga informativa que es interesante ver como se van enlazando los conceptos a lo largo de la vida.

Bueno, les dejo con este bombardeo de ideas y, sobre todo, piensen en sus auditorías. ¿Se plantean lo que NO HAY?

Esto da para un buen rato de disertación, porque lo que "no hay" es "lo que falta". Si estamos auditando el cumplimiento de una norma estricta, está claro que los elementos de la norma deben estar todos y cada uno y si no existe alguno, documentamos una evidencia.

Pero... y si lo que "no hay" es en realidad "lo que debería haber", no según el criterio de una norma, sino según el criterio del auditor? Entonces se convierte en una auditoría / consultoría, que es lo que la mayoría de clientes con los que he trabajado este tipo de ámbitos quieren, desean y te piden.

Es un poco tarde (02:02)... ¿Dejamos la diseración sobre auditoría o auditoría/consultoría para otro día?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Antonio,

yo creo que el término sobrecarga informativa es más adecuado que el de obesidad cognitiva (aunque éste resulte gracioso) para referirse a esa sensación de exceso documental, que no de conocimiento. De hecho aquí está la clave de la cuestión ya que la obesidad cognitiva daría a entender un exceso de capacidades cognitivas por acumulación de información, cosa que no creo que suceda, porque si algo padece nuestra sociedad en estos tiempos de exceso informativo es deanorexia cognitiva.

Cuánta más información está a disposición del individuo menor sabiduria parece demostrar. Tener más datos no equivalen a tener mayor inteligencia. Y en el fondo puede que la inteligencia sea en gran medida esto: tomar las mejores decisiones ante una situación compleja y sin disponer de todos los datos críticos.

Anónimo dijo...

Buenas,
Supongo que el problema no está en la capacidad de procesar un volumen de información determinado -neuronas hay para hartar-, sino en discriminar qué información es relevante / verídica / útil / importante.
Porque si no somos capaces de extraer ese subconjunto de la información que recibimos, entenderlo, procesarlo, y con ello elaborar nuevas informaciones e ideas, ¿para qué queremos la información?
Otra cosa es que, a medida que pasa el tiempo, me parece que el porcentaje de información que cumple en mi criterio con los requerimientos anteriores se va reduciendo (y no sólo en el sector de las TIC, basta ver un informativo de TV), por lo que el ejercicio del análisis, la reflexión y la elaboración de nuevas ideas cada vez supone más esfuerzo y tiempo, cosa que a su vez tenemos menos.
Y, como dijo Unamuno, "Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee".

Antonio Valle dijo...

Hey!

Me ha gustado esa cita de Unamuno... me la guardo!

Yo creo que, efectivamente, el truco esta en procesar lo que nos entra y no creernos todo lo que se dice por ahi. Lo que pasa es que eso requiere reflexión, tiempo e iniciativa... y muchas veces nos falta alguna de los tres elementos.

Osselin dijo...

Muy interesante. Y también me da para hablar a propósito de lo expuesto y al hilo de unchiste y una anécdota personal.

"¿Sabes por qué los habitantes de Lepe tienen dos vasos en la mesita de noche? Pues tienen uno lleno por si tienen sed y uno vacío por si no la tienen" da para pensar un rato , pero sigamos:

También al hilo del artículo me acuerdo de cuando trabajaba de peón de almacén para pagarme la universidad. Mi jefe había encargado un mueble cajonera y me encargó irlo llenando con diferentes accesorios y etiquetando cada cajón ocupado. Me sobraron un buen número de cajones que, naturalmente, quedaron vacíos y le pregunté porque había encargado el mueble con más cajones de lo necesario si se supone que era a medida. Su respuesta "Un cajón vacío es una posibilidad de clasificación para nuevas etiquetas y nada en un almacén tiene nunca la medida definitiva"

Inicio con estas dos anécdotas para explicitar que no siempre conocemos lo no previsto porque nuestros armarios-gestión son estandard y por tanto no se visualizan los cajones vacíos porque no los hay.
En segundo lugar al no haber cajones vacíos no hay posibilidad de añadir "label" a ese cajon. Y si no hay "label" no hay conceptualización y si no hay conceptualización toda información es puro "ruido".
Por otro lado está ese mal general de la no captación del feedback generado por el sistema implementado caso muy abundante en quien pide consultoría.
Se emiten sistemas y no se comprueban los retornos de la interacción del sistema con lo regulado.
Osea el cliente has estado jugando al frontón ajeno al rebote de la pelota-servicio y por ello acierta rebotes de pura casualidad o compra una pelota nueva cada vez hasta que se arruina (o llama a unconsultor)
Enfin todo esto no deja de ser un divertimento intelectual. espero no haberte aburrido.